Panamá, 30 de mayo de 2024. Victoria Navarro, de 63 años, carga entre sus brazos a su nieta, Naisha, una pequeña guna que padece una malformación del nacimiento llamada microcefalia, que le complica su crecimiento.

Desde su alumbramiento el 19 de enero de 2022, Naisha ha estado bajo el cuidado de su abuela, su tía Rosaulina Harris, de 44 años y Landrum Neston, de 38 años, quienes la han adoptado y brindado cariño en la Comarca Guna Yala, en una choza pequeña y de piso de tierra en la isla Gardí Sugdub, afectada por el hacinamiento y hundimiento progresivo por el cambio climático.

En un acto protocolar este miércoles, el Gobierno Nacional, encabezado por el presidente Laurentino Cortizo Cohen, acompañado por el ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Rogelio Paredes, otorgó a la familia de la infante una vivienda amoblada y con adecuaciones para personas con discapacidad, formalizando así la entrega del proyecto Urbanización Nuevo Cartí, edificado en tierra firme, al que los gunas han renombrado Isberyala (árbol de níspero).

La sexagenaria, con su vestimenta tradicional, explica en su dialecto las atenciones que le han dado a la niña, que nació en el hospital capitalino Lourdes Tzanetatos, y que ha vivido en hacinamiento en el centro de la isla, sin servicios básicos.

Junto a la adulta mayor estaba Landrum, cabeza de esta familia, una de las 300 beneficiarias en Isberyala y que se mudarán progresivamente a la urbanización en Narganá, primeras en Panamá desplazadas por el cambio climático.

Él está confiado en que ahora Naisha, que perdió prematuramente a su madre por temas de salud y no puede caminar, mejorará su calidad de vida con este nuevo hogar dentro de la comarca, ya que podrá contar con un mejor espacio dentro de la vivienda para atenderla.

La casa dispone de un baño amplio y pasamanos en la entrada principal, electricidad y agua, con un terreno de 300 metros para cultivos.

Precisamente, el adulto contó que para sus necesidades fisiológicas debían caminar unos minutos hasta un baño comunal compartido y la ropa se lavaba en otra zona.

“Estamos contentos. Me gusta la casa, porque tiene baño adentro y los cuartos separados. Será una mejor vida para todos”, dijo Landrum, quien sustenta a sus seres queridos con trabajos vinculados al turismo en el archipiélago de San Blas y la pesca.

Rosaulina y Landrum se preparan también para reubicar del colegio Sahila Olonibiginya de Gardí Sugdub a sus otros dos hijos, Charly y Hasleen, de 18 y 16 años, respectivamente, a uno edificado cerca de la barriada con unas instalaciones nuevas y un amplio gimnasio.

Además, del espacio para las tradicionales Casa de la Chicha y del Congreso, a Isberyala se planea mudar la capilla chica de la isla, pues el padre Félix de Lama, de la Diócesis de Colón-Guna Yala, destacó que tienen un terreno de 600 metros y planos arquitectónicos para construir la nueva estructura religiosa.

El sacerdote, originario de Castilla y León en España y que lleva 50 años con los gunas, espera comenzar con unos pilotes que sostengan un techado, para continuar con la misión católica a Guna Yala, que llegó en 1928, luego de la revolución guna de 1925.

El Miviot construyó esta barriada de interés social en el corregimiento de Narganá, primera de ese tipo levantada en alguna comarca del país, con una inversión de 12.2 millones de balboas.