Panamá, 6 de julio de 2022. Una vida mejor, donde las lluvias, las mareas altas, el hacinamiento, la falta de agua y de recolección de basura, entre otras complicaciones, ya no sean un problema y que el progreso, así como nuevas oportunidades se abran paso, este es un sueño de la población de la isla Gardí Sugdub, ubicada en el archipiélago de San Blas.
La respuesta a este sueño poco a poco se hace realidad para cientos de aborígenes residentes en esa isla, ya que el Ministerio de Vivienda de Ordenamiento Territorial (Miviot) construye en tierra firme el proyecto Urbanización Isla Cartí, compuesto de 300 soluciones habitacionales y que actualmente presenta 61% de avance físico.
La idea de trasladarse a tierra firme en un principio fue del saila José Dabis, quien es la mayor autoridad en la isla, que cedió un terreno, pero por ser muy pequeño, no logró su objetivo. Sin embargo, la búsqueda de una solución al problema llegó de mano de las autoridades gubernamentales a través del Miviot.
Dabis señala que la isla se ha llenado y no hay espacio para que los niños jueguen, ya que lo hacen en callejones muy estrechos, pero en el nuevo proyecto esto se fortalecerá, porque habrá chanchas.
“Ir allá es fortalecernos, porque si quiero pescado del mar, salgo a la playa y si quiero de río, voy al puente y la lluvia no será un impedimento para realizar las labores”, dijo el saila.
Este proyecto habitacional guardará las tradiciones y costumbres propias de la cultura guna y por ello ha destinado un lote de 600 metros cuadrados tanto para la Casa de la Chicha como para el Congreso, que serán edificadas por los propios indígenas y con los materiales autóctonos para ambos casos.
Al respecto se refiere el adulto Guillermo Archibol, beneficiario de la obra, quien indicó que solamente se van a modernizar, pero utilizando materiales nativos como lo determinó el Congreso de seguir con la infraestructura cultural, con palos, pencas y espacio abierto, la construirán ellos mismos, mientras que la compañía solo los dotará de los materiales.
El proceso para la reubicación de las familias inició desde 2019, donde se han hecho evaluaciones para conocer la situación socioeconómica real y de hacinamiento de cada una, y cada semana se hace un reporte de los avances del proyecto, manifestó el coordinador Albertino Deibis.
Deibis destacó que la comunidad está muy alegre y con ansias de vivir en sus nuevas casas, porque en la isla, en una sola vivienda residen los suegros, hijos, nietos y yernos, mientras que en el residencial cada familia tendrá su propia residencia, donde será un ambiente diferente y sin hacinamiento.
Augusto Boyd, dueño de un comercio en la isla Gardí Sugdub, recordó que presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen, prometió entregar llaves de este residencial durante la inauguración de un puente que une a islas de Guna Yala con tierra firme en marzo pasado.
“Yo sé que el presidente lo va a cumplir y quiero felicitar al Gobierno Nacional por ese favor que nos han hecho, porque vamos a tener una casa propia”, precisó.
Esta obra habitacional no solo aportará un beneficio residencial a quienes lo van a habitar, sino que ha servido como sustento de varias familias durante su construcción, porque muchos de los trabajadores han sido los propios beneficiarios, tal como lo señaló Dilión Navarro.
Navarro puntualizó que desde que inició el proyecto ha estado laborando, fue paralizado por la pandemia, pero al retomarlo ha continuado, lo que le ha servido para llevar el sustento diario a su familia y al igual que los demás beneficiarios anhela estar con sus seres queridos en su nuevo hogar.
La urbanización contempla sistema sanitario, de acueducto y pluvial, vías de circulación, pozo de agua y sistema eléctrico, además contará con un parque deportivo con cancha de baloncesto, tres parques vecinales con áreas de juegos infantiles, área para comercio y lotes para edificación de iglesia, entre otros. El complejo de residencias es ejecutado por la empresa HOS, a un costo de 12.2 millones de balboas.